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Men

Foto del escritor: Antonio José Guerrero GómezAntonio José Guerrero Gómez

Cuando la culpabilidad te deja roto


Hace unos años, Alex Garland nos deslumbró con una cinta de ciencia ficción llamada Ex Machina. Después, nos trajo la irregular Aniquilación, una cinta del mismo género que la anterior, pero en las que no tenía las ideas demasiado claras. Ahora, nos trae Men, una enigmática historia de terror psicológico sobre la culpabilidad de Harper, una joven mujer la cual se siente mal por la muerte de su marido.



Resulta bastante complicado hablar de una película como la que tenemos hoy en nuestras manos. Harper (Jessie Buckley) es una joven mujer la cual ha decidido irse unos días a relajarse a una casa en el campo. Ella, se siente mentalmente abatida tras la muerte de su marido. Todo parece ir bien, hasta que ella empieza a tener unas experiencias muy extrañas; comienza a pensar que la persiguen, tiene visiones muy raras e incluso llega a creer que todo el mundo en el pueblo está en su contra.


Para contar esta historia, Alex Garland ha querido mostrar su visión de este relato de una forma bastante peculiar. Algunos dirán que ha sido original a la hora de haber contado esta historia, y otros dirán que ha sido pretencioso; personalmente, no me decanto ni para un lado ni para el otro, pues lo que nos cuenta este guión no es que sea complicado, ni que no se haya visto nunca, lo que pasa que nos lo muestra de una forma no antes vista, y encima en clave de terror psicológico.


Todo lo que ocurre en este film, pasa de una forma que no podríamos esperar en la mayoría de películas. Esto, es precisamente lo que hace única a Men, la forma en la que se nos cuentan los sucesos que tienen cabida en la cinta. Hace que sea una cinta que puede no gustar a muchos, pero, por otra parte, si no tuviésemos la película que tenemos con nosotros finalmente, entonces sería como un telefilm, una película de tarde más.



En todo este meollo, tenemos a una Jessie Buckey, la cual se pone en la piel estupendamente de la atormentada Harper. Podemos ver y sentir sus miedos, y eso precisamente es lo que nos transmite; nos hace pasar las mismas sensaciones que ella cree tener. Todo esto, nos es mostrado a través de quizás demasiadas metáforas, pero de una forma bastante clara (dentro de lo que cabe), sobre todo con la explicación que hay en su resolución, la cual al menos me parece suficiente para entender lo más importante, aunque es una cinta que juega a dejarte muchas preguntas, pues esa es parte de su encanto.


Algunos, dicen que el film trata sobre el feminismo, o directamente sobre echarle la culpa al hombre y liberar de eso a la mujer. Yo, no quiero pensar que alguien como Garland ha ido a buscar una finalidad tan trillada y básica. Pienso, que ha querido mostrar los remordimientos de ella; sus miedos, todos los pensamientos y el por qué se echa la culpa a sí misma. El elegido para esta tarea, ha sido Rory Kinnear; el cual, al principio vemos como Jeffrey, el casero de Harper, pero luego, los llegamos

a visualizar de varias formas diferentes, aunque parecidas al mismo tiempo.


Aquí, es donde tiene un gran mérito las distintas interpretaciones que realiza Kinnear, pues él consigue poner unos gestos y comportamiento muy diferentes entre sí, y esa es una tarea muy complicada; él la realiza a la perfección, dando una credibilidad sobre todos sus personajes realmente alucinante.


Otra faceta que funciona en esta película es la parte técnica; al decir esto, me refiero que podemos notar en algún que otro plano, un CGI mejorable, pues al ser una cinta con un presupuesto no muy elevado, no han conseguido los mejores resultados en algunos momentos, pero sí que han logrado, darle un empaque visual muy bueno, gracias a su fotografía y al montaje, que son dos elementos que van juntos de la mano en este film.


La fotografía y ambientación, nos da como resultado una atmósfera inquietante y perturbadora, tan intimista como la propia forma que ha tenido el director de mostrarnos esta cinta al querer contar esta historia.


De esta tarea también se encarga en cierto modo la banda sonora; pues basta que deje algunas notas, incluso de voz; es un elemento más que funciona y que suma para obtener una cinta satisfactoria y original, algo que no pueden decir muchos.



Seguramente os haya parecido una crítica corta, pero no puedo decir más de esta película sin adentrarme en un mar de conjeturas y datos reveladores de la trama que echarían a perder el encanto que tiene este film, pues ante todo es una experiencia que hay que vivir por uno mismo. Men es una película original y única; puede que sea un poco pretenciosa, pero de no ser así, estaríamos viendo una película más, algo que no hubiese trascendido en ningún aspecto. Pienso que Alex Garland puede enorgullecerse de habernos mostrado este relato sobre la culpabilidad de Harper (Jessie Buckley) de una forma que puede parecer escalofriante y llena de misticismos, pero que nunca le pierde la pista al meollo de la cuestión. Está claro que este film, no hubiese sido lo mismo sin las geniales interpretaciones que nos brinda Rory Kinnear, aunque pienso que él pone mucho de su parte, y no tanto el guión, pues sus gestos son magníficos. El montaje y la fotografía son muy buenos en esta cinta, pues son dos elementos que están directamente relacionados. Son los factores que elevan este film a una imprescindible en este curso, y si puede ser en el cine, mejor.














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