La Gran Belleza

El amor y la vejez en la cornisa italiana

Antes de hablar de esta magnífica película, me presento: soy Seba Pacheco (@Seba_nightcall en Twitter). Un amante de todo tipo de cine, aunque en esta página haré mucho hincapié en el cine europeo. Agradezco muchísimo a Antonio su invitación y poder colaborar en este prometedor proyecto...¡Allá que vamos!

Paolo Sorrentino...Uno de los cineastas más importantes del cine europeo contemporáneo, con un talento intachable en sus obras y que ha ido madurando con cada obra que estrena, es una figura muy a tener en cuenta en el cine. Sabe muy bien cómo hablarnos de la vida, del costumbrismo, nos deja viajes existenciales y da lecciones de amor al cine...Mi entrada en esta página va para él.

¿Por qué escojo para hablar de 'La Gran Belleza? Fácil: es un canto a la vida y el cine. El film de 2013 del cineasta napolitano reúne de sobra requisitos para darnos un trayecto cinematográfico y de etapas del ser humano; vemos la admiración e inspiración que tiene Paolo por Federico Fellini y su '8 y 1/2', el cariño que tiene a su tierra y el olor que desprende en todo momento la película a alma...Afecto por el cine.

En la película nos metemos en la piel de Jep Gambardella, interpretado de manera excelente por el actor más habitual en la filmografría de Sorrentino: Toni Servillo. Jep es un escritor empapado de recuerdos, plagado de personajes que le rodean en su mente y con un existencialismo puro en los 142 minutos de película. Pocos podrían escribir un personaje de tal forma y magnitud, y Paolo lo consigue: la evolución de la vejez en Jep se ve reflejada de escándalo, sus "viajes" al pasado, los reflexivas que resultan sus charlas...Hasta el baile inicial con la canción de Raffaella Carrà resulta esencial para entender la psique del personaje...Del éxtasis de la fiesta para caer definitivamente en los pensamientos internos...Genio Paolo.

Además de Jep Gambardella y el existencialismo que tiene, hay un elemento imprescindible para entender 'La Gran Belleza' y es Roma. La capital italiana vive un verano soleado y resplandeciente en la película que es capital para entender las reflexiones que vive Jep. Todo lo que siente y ve el protagonista en quienes le rodean, lo expone en sus paseos por el coliseo, los patios, el Jardín de los Naranjos, las Paredes del Tíber...En estos lugares y múltiples más vemos al Jep más personal. Todo lo que va viviendo en su vejez y como escritor, lo plasma en estos lugares en forma de escenas/recuerdos que dejan fragmentos de los más intimistas del film.

Por otra parte, no toda esta maestría sería posible sin la maravillosa labor de Luca Bigazzi. El director de fotografía juega con los tonos beige, amarillentos o naranjas para darnos ese aroma del verano romano y las partes más bellas; y cuando nos quiere agarrar a la faceta más sombría y reflexiva de Jep, lo consigue con un juego de sombras exquisitos. Aquí una muestra de ambos aspectos:

En definitiva, 'La Gran Belleza' desprende belleza (valga la redundancia) por todas partes: reflexiva, intimista, oscura, cercana e incluso muy cómica cuando lo requiere. Sorrentino aquí elaboró su obra maestra y un trabajo refinado hasta decir basta. En cada fragmento de la Roma que construye hay corazón, tenemos un porqué de los paseos de Jep y lo que atormenta al escritor durante el ocaso de sus días. Una película que hay que vivir, guste más o menos el cine italiano y existencialista, sobre todo por el reflexivo mensaje que nos deja y el final tan digno de comentar y pensar también consigo mismo. Una "gran belleza de película".